LA SEMANA SANTA. (1ª). Domingo de Ramos.

 

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La semana santa tiene muchos significados, tanto religiosos como profanos. Pero, ¿cuál es el real sentido de estos días que llamamos “santos”?

La Semana Santa es la conmemoración anual de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

Inicia el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección.

Fue en el año 525 dc cuando se acordó la forma en que se determina la fecha para esta celebración y se establece que el Domingo de Resurrección deberá ser el domingo inmediato posterior a la primera luna llena del equinoccio de primavera y esto debe estar comprendido entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

 

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Es por ello que en semana santa normalmente tenemos luna llena.

Aunque por lo que narran los evangelios, podemos deducir que el día de la muerte de Jesús en el momento de su muerte hubo un gran eclipse de sol, por lo que seguramente esa fecha correspondió a una luna nueva y no a una luna llena.

El significado de estos días, para creyentes y no creyentes, es muy diverso:

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Por un lado tiene el significado religioso de una temporada de recogimiento, reflexión y renacimiento.

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Por otro lado el significado de una temporada vacacional, muy esperada por la mayoría de las personas, para retomar fuerzas después de la cuesta de enero y del inicio del año y que es aprovechada por las familias para convivir y pasear.

 

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Y uno mundano de una temporada importante en el inicio de la primavera para relajar la mente y el cuerpo de las tensiones de la vida diaria.

Es por ello, que en este conjunto de publicaciones quiero compartir con ustedes lo que significa para mí estas celebraciones:

DOMINGO DE RAMOS

En esta primera publicación iniciaremos con el significado del Domingo de Ramos.

 

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“Pueri Hebraeorum portantes ramus olivarun obviaverunt Domino, clamantes et dicentes: hosanna in excelsis”

En este primer día vemos a un Jesús haciendo una entrada a Jerusalén montado sobre un burro y siendo aclamado por niños que portaban palmas o ramos de olivo diciendo:

 

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“Hosanna filio David, benedictus qui venit in nomine domini. O Rex Israel: hosanna in excelsis”

“Hosanna hijo de David, bendito el que viene en nombre del señor. Al Rey de Israel hosanna en el cielo”

Más que el significado de una entrada triunfal a Jerusalén podemos percibir tres partes:

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Primero la efervescente alegría de algunos hebreos y sus niños aclamando al mesías que durante tantos siglos estuvieron esperando y que los liberaría de las opresiones de Roma.

La actitud de Jesús en una entrada llena de humildad con la alegría que le contagia la multitud de niños a su alrededor, montado sobre un burro, lo cual para muchos era motivo de burla.

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Y por otro lado la inquietante preocupación de las gentes del poder religioso y económico, los fariseos y los mercaderes. Obviamente se debieron sentir muy inquietos y preocupados de esta manifestación de esperanza y fe un este mesías por parte del pueblo y de los niños…

Quiero centrar mi punto de vista en Jesús.

Jesús aclamado y rodeado por los niños en un carisma como ser humano, de un líder auténtico y con una gran aceptación de su gente.

En la lectura de este día, Pablo le dice a los filipenses:

“Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomado la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz”

Es un gran ejemplo para todos nosotros, Él teniendo la capacidad y la posibilidad de manifestarse como Dios, no sustenta su evangelio en el poder. Su liderazgo no nace del poder supremo, sino por el contrario, su liderazgo nace de su pueblo emana de sus conciudadanos, de los mismos niños.

 

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Él antes de manifestar su poder infinito acepta con humildad su entrada a Jerusalén montado sobre un burro y eso en ningún momento lo rebaja de su condición de líder.

Cuántos de nosotros nos hemos perdido en la ambición de poder sin ningún sustento y basado nuestro liderazgo en las mentiras y en la pantalla del engaño y la difusión mediática.

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Ahí en este escenario vemos a los fariseos y los mercaderes conspirando para apagar y pisotear el liderazgo de Jesús.

Como Jesús, debemos abandonarnos de las falsas apariencias y vivir con autenticidad nuestra condición humana y divina, con humildad.

Los que lo tienen, deben ejercer su liderazgo reconociendo que lo deben a los decidieron nombrarlos como líderes y que ese poder es para llevar a sus semejantes a mejores estadios de vida y a una vida divina.

Para mí, lo importante de esta semana, no es la pasión y muerte de Jesús, ya que eso solo fue un paso, doloroso sí, pero corto en la vida material, sino llegar al gran final, la resurrección de Jesús.

Debemos centrar en esta semana nuestra visión en un Jesús de condición divina, que con un amor infinito, nos va llevando por el camino del amor hacia la vida eterna.

Continuaremos en las siguientes publicaciones participando de estos días.

¡Buena Semana Santa!

"PENSAMIENTO POSITIVO"