En este tiempo donde nos hemos
acostumbrado a cargar con máquinas súper poderosas en el bolsillo, con las
cuales podemos hacer maravillas que antes ni siquiera podíamos soñar.
Me ha tocado ver el desarrollo
de estas herramientas a través de los años, desde un simple cuaderno con lápiz
hasta las prácticas tabletas de estos tiempos.
Quiero compartir con ustedes
esta historia y cómo han evolucionado estos juguetes de la era moderna…
HOY PODEMOS:
Hablar
con quien queramos, en el momento que queramos, donde sea el lugar del mundo en
que se encuentre con quien queremos hablar,
Realizar
complicados cálculos con los ordenadores de esas mismas máquinas, tomar
fotografías o videos y enviarlos en cualquier momento a cualquier lugar en
forma instantánea,
Ver
fotografías aéreas recientes de cualquier lugar del mundo y de esa misma
fotografía tomar medidas y realizar gráficas de la altimetría.
Traer
el más grande archivo de documentos, libros, etc. en nuestra propia mano.
Y
muchas, muchísimas cosas más… Cosas imposibles e impensables hace 55 años.
1960
En
los tiempos en que realizaba mis estudios de educación primaria.
Con
aquellas monstruosas máquinas de escribir, que timbraban cuando se acercaba el
final del renglón donde íbamos escribiendo.
Calculadoras,
ni imaginarlo, todo mundo, hasta las gentes que no sabían leer, sabía cómo
hacer cuentas largas y complicadas, de memoria o con una simple hoja de papel y
lápiz.
Por
ahí recuerdo borrosamente que mi maestra de 2º año de primaria, la maestra
Juana Moreno, nos enseñó en algún momento el uso de ábaco para sumar y restar,
más tarde lo mismo hizo mi maestra Josefina en 3º y 4º de primaria para las
multiplicaciones y divisiones.
Recuerdo
claramente una máquina copiadora, el mimeógrafo con su esténcil para procesar
ahí el documento original y posteriormente poner la tina en el rodillo. Tengo
en mi cabeza el olor de la tinta ya que yo ayudaba a mi maestro de 5º y 6º de primaria,
mi hermano Leopoldo, en la reproducción de exámenes y apuntes con esa
maravillosa máquina.
La
televisión en blanco y negro, el mundial de futbol de 1966 en Inglaterra, el
empate con Francia y la goliza que recibió México contra Inglaterra… parece que
las cosas siguen igual, bueno en materia de futbol no de televisión.
En
mi aventura de secundaria no recuerdo ningún elemento tecnológico importante
que valga la pena comentar con ustedes… Sí, tal vez, mi primer experiencia con
una cámara fotográfica, kodak, con rollo de papel fotográfico de 12
exposiciones por rollo, en blanco y negro… creo que por ahí tengo alguna
fotografía que podría compartir con ustedes tomada con esa cámara, tardaban una
semana en revelar el rollo y poder ver las fotografías que tomaste.
Los
primeros radios portátiles de transistores, con pilas de energía. Podíamos
escuchar los partidos de fútbol sin necesidad de cables.
Algo
importante, hacíamos cola en el seminario de Morelia para poder hablar por
teléfono con nuestros padres. Las cartas de correo duraban una semana en
llegar.
Así
llegué a la preparatoria, ya fuera del seminario y bastante avanzado en la
modernidad, pelo largo, hippie, rockero, etc.
¡Televisión
a color!
La
Olimpiada de México 68…
La
llegada del hombre a la luna, 1969… Una maravilla increíble. Tecnología de unos
cuantos.
1970
El
Mundial de futbol en México, transmisiones de televisión a color en vivo a todo
el mundo. Recuerdo como nos reuníamos en mi pueblo en un portal con tribunas
improvisadas de madera a ver los partidos, ¡en la tele a color!... México 1
Italia 4.
Terminando
mi segundo año de preparatoria, recuerdo que en las clases de matemáticas y
trigonometría iniciábamos a practicar algunas operaciones con regla de cálculo,
con mi maestro Tarsicio, mi hermano.
En
el año de 1971, terminé mi preparatoria y comencé mis estudios de profesional
en la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Los
primeros dos semestres un repaso general a lo que ya habíamos aprendido en la
preparatoria de mi pueblo… con la misma regla de cálculo.
Por
necesidad y también por aprender lo más rápido posible todo lo que pudiera de
ingeniería, tuve que estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Inicié
como peón de laboratorio de materiales en la construcción de la Unidad
Deportiva de San Juan del Río… Con la Junta Local de Caminos.
Ahí
teníamos una calculadora mecánica Minerva, la que con teclas en cada número,
movimientos con palancas y manerales hacíamos todas las operaciones aritméticas
habidas y por haber en la topografía y en la administración.
En
el tercer semestre de la carrera… oh sorpresa algunos compañeros tenían
calculadoras de baterías.
Recurríamos
a libros con las tablas impresas de los valores de las funciones
trigonométricas y de los logaritmos… y con las incipientes calculadoras
hacíamos los cálculos más complicados…
Recuerdo
que en la Universidad alguno de nuestros maestros estaba calculando una tabla
de logaritmos con 6 decimales, a mano… una tarea titánica, ya que los libros
que les platiqué antes solo venían con 4 decimales.
En
el sexto semestre de la carrera, en el año de 1973, alguien pudiente se hizo de
una calculadora Texas Instruments, con funciones trigonométricas y
logarítmicas, ¡Qué maravilla!
En
ese mismo año, un hecho histórico, fuera de nuestro mundo, sucedió en nuestra
universidad…
Continuará….
PENSAMIENTO POSITIVO"
El equipo de futbol del seminario donde alguna vez jugamos en un campeonato interno creo que le pusiste el nombre del Boca Juniors, o algún otro nombre de un equipo argentino.
ResponderBorrarEn 1976 un filósofo argentino recién llegado de Bélgica, de la universidad de Lovaina, hablaba que la comunicación debía ser interactiva en los dispositivos electrónicos, emisor receptor de manera dinámica. Y efectivamente ahora es así.