EL ADOBERO RADIO

27 de enero de 2016

ARTE Y SANGRE, LA TAUROMAQUIA UNA POLÉMICA. (Segunda parte)

Un tema de actualidad que implica un análisis más completo y poner en la balanza las diferentes circunstancias y puntos de vista.

En esta publicación les presento lo que yo percibo como esencia de la fiesta brava, su arte y su parte cruel. Y al final les participo mi punto de vista.

 
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A FAVOR, EL ARTE.

Una de las múltiples definiciones de Arte dice: El arte es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario, mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.

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La polémica de si las corridas de toros son arte tendremos que disgregarla en muchas de sus partes:

Entre el arte y la barbarie es necesaria describir las sensaciones que cada una de sus partes le comunican al espectador.

La forma de percibir los actos realizados y las emociones que transmiten, son las que nos debe dar puntos de evaluación para emitir un punto de vista. Por ahí quiero iniciar y hasta el final emitir una opinión.

EL TORO

 
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Primeramente quiero hablar del personaje principal: el toro:

El toro bravo de lidia tiene especiales características que lo hacen todo un personaje en el desarrollo del espectáculo. Su figura, que transmite la fortaleza, bravura, velocidad, es una de las más grandes expresiones de la armonía plasmada en un ser de la creación.

Su fisonomía con un gran desarrollo muscular y fuerza,

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Tomando como premisa que no hay un toro igual a otro y que todos tienen su carácter y fuerza diferentes, además de que esas virtudes y defectos afloran hasta el momento de la lidia. La lidia de los toros bravos es una suerte

Su bravura tiene que ser de gran agresividad para poder tener una justa lidia con el torero. Debe transmitir peligro y al mismo tiempo movimientos continuos de armonía que permitan dar una continuidad plástica en la fusión con las suertes taurinas. Esto es lo que yo entiendo por trapío.

 
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El toro en su estampa y morfología ya es en sí una obra de arte.

EL VALOR Y EL ARTE DE LA LIDIA

La lidia de los toros bravos no es solamente expresiones de valor y destreza física de los toreros y todos los actores que participan en ellas.

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Las armas reales que portan esto hombres realmente son: un trozo de tela, y una espada, en el caso de los matadores, un capote en el caso de la cuadrilla y una pica con punta en el caso el picador. Lo demás con elementos ornamentales de la lidia: la divisa, emblema de la ganadería y las banderillas.

La mayor arma que portan es su valor y el arte que en comunión con la bestia, pueden lograr y comunicar al público.

Para poder ser protagonista de esta obra, es necesario contar con múltiples cualidades físicas que facilitan a los toreros su papel: flexibilidad, reflejos, velocidad, agilidad y fuerza.

Además de cualidades mentales: valor, destreza, frialdad y al mismo tiempo emotividad, equilibrio, seriedad, fe, carisma y comunicación con el público.

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En esta época, cada vez más, los toreros son más deportistas y flexibles, se torea mucho por debajo, con muchas flexiones y con las rodillas en tierra. Esto requiere de mucha preparación física, atlética y cuidado del peso y la figura. Cada día hay menos gordos en la lidia.

La parte artística la mido en la comunicación que transmiten los toreros, su cuadrilla e inclusive, los picadores el público.


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El ritmo con el capote, con movimientos que hacen que un trozo de tela tenga vida en la conjunción con el viento. Las suertes, en una continuidad de movimientos armónicos, hacen que el toro y el torero generen emociones que elevan los sentimientos de los espectadores.

Con un simple capote se va tomando el mando de la lidia. El torero domina la bestia y lo hace tomar parte de la gracia y el sentimiento que unifica al público en un grito cada vez: ¡Oleeee!, ¡Oleeee!, ¡Oleeee!...

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Pegado al redondel o tablas, o metiéndose entre los cuernos arriesgando la vida, arrimando el cuerpo, en otros casos, esperando a la distancia, inclusive de rodillas en la salida del toro cuando existe la remota posibilidad de que el toro no vea y ni tan siquiera distinga el capote y se lleve en su loca carrera al torero.

Actos de valor y arte y en muchas de las suertes de una gran temeridad.

Muchas de las ellas parecen irracionales, hechas para el peligro y en muchos casos con una valentía que raya en una esquizofrenia de adrenalina que vuelve irracional al torero, arriesgando el todo por el todo.

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El primer tercio culmina con los picadores, juegan un papel muy castigado y a la vez muy importante, bajarle la presión al toro haciéndole sangre, sobre su caballo y armados de una pica.

De las más hermosas de las suertes del toreo está el segundo tercio, los banderilleros, hombres elásticos cuyo arte se plasma desde el acomodo del toro para la suerte. Su armamento, su cuerpo, su valor y su agilidad. Van llamando la atención del toro solo con su presencia y su voz, arrancan en una carrera medida para encontrarse con el animal y ejecutar maniobras de una plasticidad artística que hace que se olvide la concurrencia de la presencia del torero. Diferentes formas de ejecutar las banderillas, todas de mucha valentía y expresión.

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Difícil la correcta ejecución. La colocación tiene que ser en el morrillo, los errores se pagan con una gran rechifla. Pero los aciertos se premian con el reconocimiento general y hacen que ésta sea una de las profesiones del toreo que han dado maestros a la fiesta.

El tercio culmen de la fiesta: el tercer tercio, la muerte del toro.

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Las herramientas del matador, su muleta un lienzo de tela sujeto a un trozo de madera y una espada falsa para el ayudado.

Lo mejor del momento artístico en cada pase. El carácter del matador aflora y su don de mando va llevando al toro hasta lograr una unidad con el torero. Se ejecutan miles de suertes, algunas, resultado de la constante preparación y entrenamiento del torero, otras, resultan de la explosión de emociones, creatividad y expresiones del momento y las circunstancias.

Toreros con diferentes condiciones, unos dados a la parte artística del toreo, otros con más valentía que arte. Los primeros hechos para la maestría, los otros para llenar de sangre la arena.

Algunos a los que les emana e inunda la imagen de miedo, otros que aún heridos y con la sangre a flor, siguen con el hambre de triunfo y se levantan para continuar con la lidia. Muchos han quedado en el intento.

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Las suertes con la muleta son expresiones llenas de belleza y arte: pases por “naturales”, el remate de “el desdén”, pase “natural ayudado”, “derechazos”, el pase “redondo”, los “doblones” casi con la rodilla en tierra, pase “de pecho”, “la trinchera”, “el molinete”, y muchos más…

Las sensaciones que transmiten a la tribuna, indescriptibles, llenas de emotividad, de euforia, de entrega.

La suerte de la muerte del toro. La culminación de la lidia…

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Quiero recordar en este momento algo que me decía mi madre cuando estábamos viendo las corridas en el momento de la suerte de matar; me decía que “para matar con arte un toro, primero hay que acomodarlo, debe estar alineado, debe tener las patas delanteras cerradas y debe agachar la cabeza al momento de entrar a matar con la espada, de otra forma casi es seguro que van a pinchar”. Y parece que muchos toreros actuales eso no lo han aprendido.

El culmen del arte: la espada bien colocada, en el morrillo y casi vertical, en caso contrario se le llama caída, ladeada, tendida… suerte defectuosa, pero a mi punto de vista, aun así es arte.

Este momento de la lidia, da y quita, si se ha disfrutado de una buena faena y no se mata correctamente se pierde lo ganado y en muchos casos, una faena regular con una muy buena suerte de matar, da oreja.

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El tema de los trofeos, sujetos a la apreciación personal del juez de plaza, circunstancia que ha originado grandes broncas entre el público y la autoridad. Una gran faena debe dar grandes premios pero en muchos casos es a la inversa, una faena mediocre se premia con los grandes trofeos y alguna magnífica se castiga por errores en la colocación de la espada de matar. Criterios personales. Pero son parte de la fiesta.

LAS MALAS TARDES

Hay casos, muchos desafortunadamente, en que todo se conjuga para que no haya una buena tarde de toros, toros sin trapío, toreros sin ganas, sin motivación, caprichudos o enojados, sin respeto al público.

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Me ha tocado ver corridas en que con malos toros, el matador se deshace en esfuerzo y más parece que torea sin toro pero aun así comunica su arte al tendido. Buenas corridas aún sin toros.

Eso es parte del toreo, por eso decía en un principio, que yo disfruto del toreo aún sin buenos toros. La disfruto pensando en qué debería hacer un torero para sacarle lo poco que tenga el toro y hacer de retazos un banquete.

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Casos así, recuerdo a matadores como: Eloy Cavazos, Zotoluco, Juli y otros más que se entregan en cualquier circunstancia.

VERSUS LA VIOLENCIA Y CRUELDAD.

 
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Es necesario pensar en la otra cara de la moneda. Hacer un ejercicio de “Pensamiento Positivo” y ponernos en los zapatos de los que opinan en contrario a la fiesta.

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La vida del toro de lidia es de especial cuidado. A los toros destinados para los encierros no se les da la posibilidad de que monten una hembra, por eso en muchos casos se da, que los toros de la misma manada montan al toro más débil para aliviar sus apetitos sexuales. Desde ahí empieza su sufrimiento.

El traslado a las plazas en es transporte especial que lleva al ganado en forma confinada para que no se haga daño. Llega a las plazas y se coloca en los corrales de la misma.

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Algunos matadores mandan afeitar los cuernos de los toros para correr menos peligro. Los cuernos del animal son tan sensibles como los dientes. Imaginen que les pulen sus dientes en vivo y sin anestesia.

 
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Cuando el toro va a salir al ruedo se le coloca en el morrillo o en el costado, con un clavo o alfiler grande la divisa, o sea los colores que distinguen a la ganadería responsable de la crianza de ese animal.

 
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El primer tercio culmina con la participación de los picadores. El objeto de esta parte de la lidia es hacerle sangre al toro en el lomo para aliviar la presión sanguínea que trae alta al arranque de la lidia.

 
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Esto se hace con una pica de metal que se le entierra al animal hasta 6 cm de hondo y casi 4 cm de diámetro.

En muchas ocasiones esta parte de la lidia daña con demasía al toro y en vez de aliviarle la presión lo deja demasiado débil para los siguientes tercios.

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El segundo tercio, las banderillas, Varas decoradas que tienen en la punta una navaja en forma de arpón de 4 cm de longitud. 3 pares para cada toro.

En algunas ocasiones parte de los arpones son arrancados de tajo por el matador o su cuadrilla para hacerle más cómoda la lidia, arrancando el arpón y desgarrando la carne y la piel del toro.

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En el tercer tercio, la suerte de matar, se culmina con la muerte del toro, mediante la espada de matar de casi 90 cm de longitud.

Si el toro corre con suerte y le toca que su matador sea certero, esta parte culmina con rapidez, si es por el contrario, es desatinado y torpe hará múltiples intentos con el acero hasta culminar con el estoque de descabelle.

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En la suerte normal de matar, se remata al animal con un descabelle ejecutado por alguien especializado que con certera puñalada en el cerebelo del animal asegura la muerte y termina el sufrimiento del mismo.

Algunas veces al no tener el tino suficiente este trabajo se hace en varias ocasiones, agravando el sufrimiento del animal.

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También es necesario platicar del riesgo que corren los toreros en las diferentes suertes, ya vimos que la protección de los mismos es mínima y es de todos conocido las múltiples tragedias que se han presentado con la muerte de varios toreros resultado de las heridas que les infringen los toros.

MI OPINIÓN.

Emitir una opinión que permita dilucidar si el arte del toreo es un espectáculo que deba ser prohibido por la crueldad a un ser vivo, es muy difícil, sobre todo en este caso de una costumbre de varios siglos en nuestra cultura.

Creo necesario que puntualicemos varias situaciones que nos permitan asentar los pensamientos.

Definitivamente el toro sufre en cada una de las partes que mencionamos en el punto anterior. La verdad, sí se le aplica dolor y sufrimiento.

Sin embargo, puedo asegurar que la totalidad de los espectadores disfrutan de las corridas de toros, no por la crueldad que se aplica al animal, sino por el arte que despliegan los toreros durante la lidia.

El arte que se comunica al público no es por el sufrimiento del animal sino por la comunicación de sentimientos que emite el torero y se percibe por los espectadores.

La conciencia y la afición a las tardes de toros no es para ver sufrir al animal sino para disfrutar del arte del toreo.

Me viene a la cabeza varias reflexiones:

1.   ¿Qué pasaría si se pudiera expresar el arte del toreo sin el sufrimiento del animal?

2.   ¿Estaremos encerrados en la rigidez de que solamente es fiesta si se realiza, como se hace desde siglos antes, infringiendo esta cantidad de daño al toro?

3.   ¿No importa que otros seres humanos pierdan la vida en esta afición de la lucha del hombre contra la bestia?

Si hiciéramos comparaciones con otras actividades, quisiera poner un ejemplo:

Pensemos que estamos en una competencia de clavados donde un clavadista desarrolla muchas maniobras con tal agilidad y gracia que nos comunica su arte y nos hace disfrutar del espectáculo. Pero al final el foso donde caería estuviera lleno de estacas filosas que aseguraran la muerte del clavadista.

¿Sería válido continuar con este espectáculo de clavados a pesar de la muerte de ese ser humano?


Mi conclusión es:

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En este siglo XXI tenemos que ser más equilibrados con la naturaleza misma, con los demás seres que la habitamos, con nosotros mismos.

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Afirmo que la fiesta de toros, como se celebra hasta la fecha, es una barbarie que tiene que cambiar si quiere permanecer como una expresión cultural de una pequeña parte de la humanidad.

Con tristeza, por la afición que tengo y el gusto por la fiesta brava, concluyo que en caso de no cambiar y adecuarse a los tiempos de humanidad y respeto a todos los seres de la naturaleza, este espectáculo deberá desparecer…


Agradezco a todos su paciencia para la lectura de este artículo.


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"PENSAMIENTO POSITIVO"

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