EL ADOBERO RADIO

22 de marzo de 2016

LA SEMANA SANTA. (2ª). Lunes, Martes y Miércoles, Santos.


Estos son los días previos a la celebración de la pascua, en las lecturas de los tres días Judas toma un papel protagonista en el evangelio de Juan, el cual toma un papel de juez y expone a judas como el traidor protagonista del sacrificio de Jesús.

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Hay que tener presente que Juan vivió muy cercano a Jesús, era el discípulo predilecto y muy cercano a su madre.

En la época en que escribió su evangelio él se encontraba desterrado en Grecia y para su actividad evangélica era necesario remarcar el papel de los malos.

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Por otro lado, el evangelista Mateo, posiblemente el recaudador de impuestos que fue llamado por Jesús para hacerlo su discípulo también nos narra parte de la cena de pascua de Jesús con sus discípulos más cercanos.

LUNES SANTO

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En este día el evangelio nos narra la visita de Jesús a visitar a Lázaro, el que había resucitado:

“Estando en la cena, Marta la hermana de Lázaro ungió los pies de Jesús con perfume de nardo. Judas Iscariote le reclamó diciendo: ¿por qué no has no has vendido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?

El evangelista comenta que “esto lo decía, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa robaba lo que le echaban en ella”.

Primeramente quiero resaltar la voluntad de Jesús de visitar a sus amigos, sabiendo que estaba cerca la hora de su partida. Un muestra de la lealtad y amor que se tiene hacia los íntimos amigos.

Y en segundo lugar la crítica de Judas hacia Marta por ungir a Jesús con perfume caro. Judas desempeñando un papel de suma importancia en la pasión y muerte de Jesús. Simboliza la codicia, el abuso y la traición hacia su amigo y maestro.

Mi reflexión es la siguiente:

En estos tiempos donde las distancias son tan largas y a la vez tan cortas con la comunicación, resalta la importancia que debemos dar a la amistad, hacia nuestros amigos. No debemos perdernos este maremágnum de intereses a que nos lleva esta vida llena de materialismo, y en la que nos extraviamos en el universo de distractores sin fondo.

Valoremos a nuestros amigos, familiares, hijos, nietos y sobre todo, a nuestros padres y abuelos. Démonos unos momentos, en estos días de tranquilidad y reflexión para compartir con ellos aunque sea un sencillo mensaje que nos haga sentir a todos que formamos parte de algo muy importante en nuestras vidas.

Por otro lado, la actitud de Judas. Cuántos Judas no hay en esta vida moderna, donde la ambición de poder y riqueza mueven los grandes intereses de este mundo. Debemos interesarnos también por las cosas sencillas, por los detalles, por las pequeñas muestras que dan felicidad a quienes nos rodean.


MARTES SANTO

 
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En este día Juan el evangelista nos narra parte de la cena de pascua de Jesús con sus discípulos:

En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar. Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabías de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: ¿De quién lo dice? Entonces él apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: Señor ¿quién es? Le contestó Jesús: Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.

Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.

Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: ¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.

En los días previos a su pascua, Jesús entró en una etapa de reflexión y cercanía con sus más cercanos seguidores, sus discípulos. En este pasaje nos muestra a Jesús compartiendo el pan en la cena y mediante este simbolismo expone al futuro traidor, Judas.

En el conjunto nos muestra como los más cercanos serían débiles en los momentos de su sacrificio. Como Pedro el más fuerte de todos, también caería en la debilidad humana de negarlo en el momento de peligro.

Comparto con ustedes:

Las debilidades humanas se muestran en esta parte de la historia de Jesús. Sus más cercanos se muestran débiles y temerosos, pierden la lealtad hacia su líder y prefieren huir a enfrentar con entereza lo que se vendrá.


MIÉRCOLES SANTO

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En este día, Mateo el otro evangelista que fue testigo presencial de la vida de Jesús, nos dice:

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?». Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.

El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?». Él les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: ‘El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos’». Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará». Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?». Él respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!». Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?». Dícele: «Sí, tú lo has dicho».

En esta parte tanto Juan como Mateo coinciden en la participación de Judas en el papel de traidor a Jesús.

Quiero resaltar en esta reflexión de estos tres días, la debilidad humana de la falta de lealtad. Cómo en muchos casos no nos atrevemos a mostrar con entereza muchas situaciones de la vida, incluyendo nuestra fe. Muchas veces nos mostramos hasta cierto punto como no creyentes por el miedo a ser exhibidos como santurrones o hipócritas, sepulcros blanqueados. Preferimos escondernos en el anonimato a mostrarnos como realmente cristianos.

Si esto lo hacemos con Jesús, ¿qué no seremos capaces de hacer con nuestros semejantes?



"PENSAMIENTO POSITIVO"

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