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Este día es
uno de los más importantes para la Iglesia Católica Romana.
Por la mañana se celebra
la misa del Santo Crisma que es la renovación de los votos sacerdotales y la
bendición de los Santos Óleos
Por la tarde
se celebra la Cena del Señor, remembrando el acto del lavatorio de los pies de
sus discípulos y la institución de la eucaristía.
En resumen se
hace remembranza de la institución de tres de los siete sacramentos que celebra
la iglesia: El orden Sacerdotal, La Sagrada Eucaristía y la Unción de los
Enfermos.
EL SANTO CRISMA
Esta misa se celebra por las mañanas y contiene
una de las ceremonias más importantes de los misterios de la Iglesia.
Generalmente a ella acuden todos los sacerdotes de la Diócesis a la que pertenezcan
a la renovación de sus votos sacerdotales encabezados por su obispo.
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También en esta misa se hace la bendición de
los santos óleos: El óleo de los catecúmenos, el santo crisma y el óleo de los
enfermos, que se utilizan para varias
ceremonias como son: El bautismo, el orden sacerdotal y la unción de los
enfermos.
La unción de los enfermos tiene por objeto, no
solamente el perdón de los pecados sino que con esta unción se invoca la intervención
de Dios para sanar al enfermo y para el perdón de los pecados del ungido.
En la lectura del Santo Evangelio, según San
Lucas, de esta ceremonia se dice:
Jesús fue a
Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la
sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del
profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del
Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a
llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y
la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de
gracia del Señor.
Jesús cerró el
Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos
fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la
Escritura que acaban de oír.»
Es muy importante la confirmación de Jesús como
sacerdote y aceptar el mandato de su misión sacerdotal:
·
Llevar la
Buena Noticia a los pobres
·
Anunciar la
liberación a los cautivos
·
La vista a los
ciegos
·
Dar libertad
a los oprimidos y
·
Proclamar un
año de gracia del Señor.
Estos mandatos son los que todos los sacerdotes
deben de seguir.
La vida sacerdotal, que cumple con los mandatos
de Jesús, no es fácil, es una vida llena de sacrificios y en muchos casos incomprendida.
A todos nosotros se nos hace fácil hacer burla
o crítica de los sacerdotes, en muchos casos también motivados por las
debilidades humanas de los mismos, pero es justo reconocer que la gran mayoría son
dignos y enviados y cumplen con los mandatos que Jesús les compartió para la guía
de sus feligreses hacia Dios.
Es importante reflexionar en que los
sacerdotes necesitan de sus feligreses para poder cumplir con su tarea, no
solamente con el apoyo económico, sino mucho con el apoyo moral, dada la
soledad de que se acompaña la vida personal eclesiástica, estar cerca de ellos
hace más difícil que puedan caer en las tentaciones terrenales y materiales propias
de su condición humana.
LA CENA DEL SEÑOR
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Esta ceremonia es una de las más grandes
dentro de la Iglesia, tal vez la segunda en importancia después de la
celebración de la resurrección de Jesús.
El evangelio de esta ceremonia, según San
Juan, nos relata el pasaje de la lección más grande de amor por parte de Jesús,
el lavatorio de los pies a sus apóstoles:
Antes
de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los
amó hasta el extremo.
Estaban
cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de
Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en
sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita
el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se
pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se
había ceñido.
Llegó
a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús
le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más
tarde.»
Pedro
le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús
le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón
Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús
le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque
sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
Cuando
acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: « ¿Comprendéis
lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y
"el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el
Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a
otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros
también lo hagáis.»
Dentro de la magnificencia de Jesús como Dios
y como hombre, nos da una lección enorme de humildad y amor.
¿Qué es lo más valor da a nuestra vida como cristianos?
La humildad y el amor nuestros semejantes,
estar en la total disposición para demostrar, con hechos, que podemos entregar
lo mejor de nosotros en beneficio de nuestros hermanos.
El camino que nos muestra Jesús para lograr el
triunfo en nuestra vida, no son los éxitos materiales ni nada relacionado con
la riqueza y el poder. Es el camino del amor y la caridad hacia los demás, sin
condicionar su valor como personas ni su pensamiento.
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Quiero por último cerrar con un versículo de
uno de los himnos que se cantan el día de hoy:
Ubi caritas
et amor, Deus ibi est
Congregavit
nos in unum Christi amor
Exultemus, et
in ipso iucundemur
Temeamus, et
amemus Deum vivum
Et ex corde
diligamus nos sincero
Donde hay caridad y amor, ahí está Dios,
Nos ha congregado y unido el amor de Cristo,
Gocémonos y alegrémonos en Él,
Temamos, y amemos al Dios vivo.
Y con el corazón sincero, amémonos.
Hasta la próxima…
"PENSAMIENTO POSITIVO"
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