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La culminación de la vida de Jesús y la confirmación
de su divinidad en la tierra, es su resurrección.
Esta es la máxima conmemoración de la fe en
Jesús. Es nuestra fe en Cristo triunfante. Un Cristo que está con su padre. Reinando
por siempre.
Nos ha enseñado que el camino es: el amor, la
caridad y la misericordia, que tenemos que dar si queremos participar de la
vida eterna en su presencia.
Por más que Jesús haya padecido en su pasión y
sus tormentos hayan sido para lograr el perdón de nuestros pecados, si Jesús no
hubiera resucitado, no sería´ más que cualquier mártir de los primeros cristianos
o de los múltiples martirios de nuestra vida actual.
El sustento de nuestra fe es Cristo vivo, Jesús
actual, Jesús vigente.
Seguros estamos, que nuestra vida material,
igual que la de Jesús, terminará y todo lo que hemos hecho, poseído, heredado,
soñado, pensado, etc., todo, se quedará aquí en la tierra.
La belleza, el buen cuerpo, los días en el
gimnasio, la ropa de última moda, los gadgets, los coches de último modelo, las
tierras, las casas, los dólares, los hombres, las mujeres, en resumen, todo lo
material que poseamos y de lo cual nos sentimos orgullosos, no cabrá en nuestra
última morada.
Nuestra inteligencia, preparación, diplomas,
estudios, maestrías, inventos, doctorados, elecciones, puestos públicos, etc. No
son más que nada para cuando tengamos que partir a la vida con Jesús.
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Lo que realmente nos llevaremos es lo que tengamos en las
alforjas de nuestra alma y nuestro pensamiento, sin hipocresías, sin adornos,
sin maquillajes, sin engañarnos a nosotros mismos.
Eso es lo que realmente trascenderá en el siguiente paso hacia Dios.
Gracias por su paciencia y la lectura de estos
pensamientos y reflexiones de la semana santa...
"PENSAMIENTO POSITIVO"
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